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Bruxismo y dolor facial

El bruxismo es el término que se utiliza para aquellas personas que “aprietan” los dientes o rechinan la mandíbula. Esta situación es muy frecuente y afecta a un gran porcentaje de la población.

Los pacientes con bruxismo muchas veces no son conscientes de presentarlo. Sin embargo, tienen síntomas como “dolor de oído”, dolor de cabeza y tensión facial, ruidos con la masticación o dolores faciales que les afecta a la calidad de vida.

Esta actividad o parafunción afecta y tiene consecuencias a corto y largo plazo también en el desgaste de los dientes y la articulación de la mandíbula. 

En su tratamiento infiltramos una sustancia inhibidora en los músculos responsables de esta función, como el músculo masetero o el temporal. De esta manera, disminuimos su fuerza y, por tanto, el traumatismo que generan, aunque en ningún caso se verá afectada su función, como la masticación de alimentos o el habla.

Es un procedimiento sencillo, rápido y que no presenta efectos secundarios. Este procedimiento no necesita infiltrar anestesia.

Los resultados se comienzan a apreciar a partir de las 48-72 horas del procedimiento.

Beneficios del tratamiento

  • Mejora y eliminación del dolor mandibular y facial que presentan los pacientes que “aprietan” los dientes.
  • Mejora de la sintomatología asociada como cefaleas, falta de apertura de la boca, ruidos y chasquidos en la mandibula, “dolor de oído”…
  • Mejora de la calidad de vida del paciente.

La duración del efecto del tratamiento se estima entre 4 y 6 meses.

  • Refinamiento del perfilado mandibular y rostro más estilizado.
  • Recuperación de la simetría facial.
  • Es un tratamiento rápido. 
  • Tratamiento no invasivo.